martes, 30 de octubre de 2007

Festejos en honor a su D10S

Considerándolo así, simplemente, según Wikipedia: “El 30 de octubre es el tricentésimo tercer (303º) día del año del Calendario Gregoriano y número 304 en los años bisiestos. Quedan 62 días para finalizar el año”. Sin embargo, si uno se detiene a buscar en las efemérides va a encontrar dos datos más que importantes que alcanzan para que el 30 de octubre adquiera mucha más notoriedad de la de un simple casillero en el calendario… Dos hechos que marcaron un antes y un después en nuestra reciente historia argentina. A saber:

30 de octubre de 1960: Nace Diego Armando Maradona
30 de octubre de 1983: Raúl Ricardo Alfonsín gana las elecciones presidenciales en el retorno a la Democracia.

Se habló demasiado sobre política en Argentina durante estos últimos días, por lo tanto, me inclino y elijo (pasión de por medio, por supuesto) subrayar el primero de los sucesos mencionados: el nacimiento de un paradigma.

Como es poco necesario, voy a hacer una breve introducción sobre el personaje en cuestión a modo de presentación.

Diego Armando Maradona fue un futbolista argentino considerado como uno de los mejores de la historia de este deporte y el mejor del Siglo XX. En su palmarés cosecha, con la Selección Argentina, la Copa Mundial de México 1986, el subcampeonato en la Copa Mundial de Italia 1990 y el Mundial Juvenil de 1979; mientras que sus logros más importantes a nivel de clubes los consiguió para el Nápoles de Italia, equipo en el que ganó una Copa de la UEFA y los únicos dos scudettos que posee la institución y, también, para el Barcelona de España (Copa del Rey, Supercopa y Liga española). Además, es el ídolo máximo de los equipos nacionales Argentinos Juniors, donde debutó el 20 de octubre de 1976 y cuyo estadio lleva su nombre, y Boca Juniors.

Sus logros deportivos y el talento innato que desplegó dentro del campo de juego lo han llevado a convertirse en uno de los personajes que mayor fanatismo ha despertado en el mundo. Su rostro, nombre y el número “10” que lo representa se plasma en muchas de las insignias deportivas, banderas y emblemas que simbolizan este deporte. Mientras que las imágenes de sus inmemorables jugadas recorrieron el mundo entero posicionándolo como un ejemplo a seguir para sus contemporáneos.

Por su obra, Maradona se convirtió en mucho más que un ídolo. Porque, aunque suene exagerado y eternamente cuestionable, para muchos es un Dios. El reflejo de ello fue la creación de la denominada Iglesia Maradoniana, que data desde el 30 de octubre de 1998 con cuna en la ciudad santafecina de Rosario, y que al día de hoy reúne alrededor de 80 mil feligreses en Argentina, Nápoles, México y otros puntos del planeta.

Según sus evangelios, “la función de Iglesia es mantener vigente la pasión y la magia con la que nuestro D10s jugó al fútbol, no olvidarnos de los milagros que realizó en las canchas ante la mirada de todos y del sentimiento que despierta en nosotros los fanáticos, día tras día”.

Las festividades de esta peculiar religiosidad se celebran el 29 de octubre, Noche Buena, el 30 de octubre, Navidad y el 22 de junio, Pascuas Maradonianas, en conmemoración del día en el que Argentina levantó la copa del Mundo 1986.

Hoy, en la navidad que da comienzo al año 47 D.D. (después de Diego), más de 200 fieles se reunieron en un homenaje en el cual contrajeron matrimonio dos parejas, una de ellas mexicana.

Todo esto se desarrolla dentro la pasión que despierta el astro del fútbol por su desempeño deportivo, claro está. Porque si se extrae a su persona del contexto futbolístico entraríamos en un terreno controversial sobre el amor-odio que despierta Maradona en muchos de nosotros, producto de su adicción a las drogas y determinados hechos judiciales -de diversa magnitud- que empañaron su trayectoria e imagen popular.

Voy a citar una frase de Jesucristo, tomada del evangelio según San Juan: “El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. No seremos nosotros, los hombres, quienes tengamos que juzgar a Maradona por sus actos. De existir un verdadero Dios, Maradona saldará las cuentas necesarias el día del juicio.

Por mi parte, no venero a ninguna de las citadas religiones. No obstante, soy una apasionada del fútbol y, como tal, por sus goles, por su juego y por la gloria que le dio a la Argentina, en el día de su cumpleaños número 47, esta es mi única forma de decirle: ¡felicidades Diego!

*Queíta*

No hay comentarios: