El equipo de Fabián Muraco venció a Rusia con parciales de 25-22, 30-28 y 25-22 y consiguió subirse al podio y mejorar la performance nacional en la categoría, donde se había alcanzado en dos oportunidades un cuarto puesto mundial.
En este certamen, Argentina supo derrotar al que finalmente fue campeón, Serbia, y a Rusia (había sido campeón en el anterior mundial). El saldo del mundial fue de seis victorias y dos derrotas para los argentinos.
Los más chicos del vóley argentino marcaron su huella la historia. Este resultado no es más que un merecido premio a la continuidad en el trabajo a largo plazo, al crecimiento, al profesionalismo y al sacrificio de estos jugadores y del cuerpo técnico, encabezado por Juan Manuel Cichello y Fabián Muraco, entrenadores de las selecciones Juvenil y Menor, respectivamente, quienes trabajan hace cinco años con total dedicación y que hoy cosechan, orgullosos, los resultados.
Fue un triunfo histórico, otro podio mundialista después del no menos reconocido Mundial Juvenil, un año perfecto en todas las categorías masculinas de Inferiores. Y que se suma a un tridente impresionante, con el quinto puesto en la Liga Mundial, el Subcampeonato Sudamericano y el primer puesto con pasaporte al Mundial 2010 para los mayores.
Un momento impresionante del vóley argentino que, sin dudas, merece ser reconocido y celebrado por todo el deporte nacional.
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