jueves, 3 de enero de 2008

Bendito infierno


El segundo día del año padecí en carne propia las nefastas consecuencias de la crisis energética que azota a la Argentina. Mientras nuestro Buenos Aires ¿querido? ardía a 40º centígrados a la sombra, el sistema colapsó (una vez más, y van…) y varias zonas de la capital quedaron sin luz, agua y gas. Una de ellas fue Palermo, barrio en el que se ubica la oficina donde trabajo.

Cinco horas sin aire acondicionado, rodeada de 25 personas y con un pleno sol amenazante penetrando por las ventanas son mucho más de lo que cualquiera de nosotros pudo soportar. Un aire demasiado tenso nos provocó desde un hostil humor hasta mareos, bajones de presión e, incluso, desmayos.

Si bien existen algunos programas y acciones aisladas impulsadas desde el gobierno para lograr concienciar a la población y cambiar los hábitos de consumo, nada parece ser eficiente o sostenible en el tiempo.

Está más que claro que ninguna persona puede darse el lujo de prescindir de este recurso natural que es la energía. Pero, ¿qué creés que podemos hacer los consumidores para combatir este caos? ¿Alcanza con adelantar nuestros relojes una hora y recibir el año antes que el resto de nuestros vecinos latinoamericanos con el objetivo de ahorrar? Porque parece que los argentinos somos tan egocéntricos que hasta tenemos que ser los primeros en descorchar champagne y tirar cañitas al aire, y por eso le dimos la bienvenida al 2008 antes que cualquiera.

Dejo abierto el debate para que todos den sus opiniones sobre cuál es la mejor salida a esta crisis. No quiero creer, nuevamente, que la mejor vía de escape sea Ezeiza. ¿O es?

Bienvenidos a Buenos Aires, la ciudad de la furia. Un bendito infierno.

1 comentario:

Rockero Hi Fi dijo...

Lo más loco del cambio de horario es que no se hace de noche nunca. Creo q me está trastornando psicológicamente. No puedo ver por la ventana y que sea de día a las 21.30.