martes, 26 de febrero de 2008

Sinceridad emocional

Justo cuando empezaba a sentirme mejor de mi dolor de ovarios, y mientras leía uno tras otro los post de un blog interesante, sonó el interno 231, RRHH en línea: “Gi, nos estamos quedando sin vasos, podrías averiguar en la página de COTO cuánto cuestan así pido a administración el dinero para comprarlos. Gracias”.

Dos segundos después, corto con el llamado y la lectura. Abro www.cotodigital.com ingreso a la sección bazar y compruebo que los vasos exactamente iguales a los que tenemos en la cocina cuestan $3.15 por unidad. Reporto a RRHH, por mail, el presupuesto. Minutos más tarde, llega la autorización desde administración y me dispongo a comprar 20 unidades por un total de $63. Mañana, todos los que aquí trabajamos tendremos donde beber.

Próxima a cumplir mis 25 años compruebo, tristemente, que mi principal aspiración en la vida, realizarme en el plano profesional en el campo de las comunicaciones, languidece. Me siento de la peor forma, atrapada en un trabajo sin motivación y percibiendo como, poco a poco, voy mutando en una ameba.

Le atribuyo este post a la vulnerabilidad emocional propia de ser mujer.

1 comentario:

Cecil dijo...

sentirse una ameba es lo peor que hay...
quizás te sientas mejor si rompés vasos nuevos que no pagaste vos... y si se los rompés en la cabeza a alguien, seguro te vas a sentir mejor y con eso, dejás de sentirte una ameba, puesto que, como todos sabemos, las amebas no andan rompiendo vasos por ahí

besos