Justo cuando empezaba a sentirme mejor de mi dolor de ovarios, y mientras leía uno tras otro los post de un blog interesante, sonó el interno 231, RRHH en línea: “Gi, nos estamos quedando sin vasos, podrías averiguar en la página de COTO cuánto cuestan así pido a administración el dinero para comprarlos. Gracias”.
Próxima a cumplir mis 25 años compruebo, tristemente, que mi principal aspiración en la vida, realizarme en el plano profesional en el campo de las comunicaciones, languidece. Me siento de la peor forma, atrapada en un trabajo sin motivación y percibiendo como, poco a poco, voy mutando en una ameba.
Le atribuyo este post a la vulnerabilidad emocional propia de ser mujer.
1 comentario:
sentirse una ameba es lo peor que hay...
quizás te sientas mejor si rompés vasos nuevos que no pagaste vos... y si se los rompés en la cabeza a alguien, seguro te vas a sentir mejor y con eso, dejás de sentirte una ameba, puesto que, como todos sabemos, las amebas no andan rompiendo vasos por ahí
besos
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