En Primera División, una entrada general costaba 14 pesos pero, a partir de la primera fecha del Clausura - pautada para el próximo viernes 8 de febrero - pasará a costar $24, un 71% más que al finalizar el año 2007. Lo mismo ocurrirá con todas las categorías de ascenso, donde el aumento alcanzó el 50% (antes $12 ahora $18).
Está claro (una vez más) que la intención de los dirigentes que conducen al fútbol es alejar aún más a la familia, al hincha común, de los estadios. Porque, lo indignante de esto es que la gente pagará más por un espectáculo que no lo vale.
Más allá del nivel mediocre que, últimamente, vemos en el fútbol argentino, la falta de seguridad, la mala organización tanto al ir a comprar una entrada como al momento de ingresar a ver el partido, estadios que en la mayoría de los casos tienen una infraestructura desastrosa (tribunas de tablones y baños poco higiénicos, por ejemplo) y un sin fin más de falencias que podría seguir enumerando no seducen al espectador a la hora de elegir ir a ver fútbol como un buen programa para el domingo.
Tendré que arreglármelas, entonces, para disfrutar del fútbol en el microclima que es mi cuarto o el living de mi casa. Aunque, tarde o temprano, lo más probable es que adapte mi bolsillo a esta realidad… Internamente, se que no dejaré de admirar al fútbol como deporte mismo, por más que lo hayamos convertido sólo en un negocio millonario.